Mucho le debe la gastronomía española a la figura de Carles Abellán, un cocinero versátil que a lo largo de su ya dilatada trayectoria siempre se ha sabido adaptar (adelantar, incluso) a las inquietudes y necesidades del comensal. Tras llamar la atención de todos en los años 90 al frente del mítico Talaia Mar, una extensión de elBulli en Barcelona, Abellán se desmarcó de esa vorágine vanguardista para fijarse en el confort que ofrecía el mundo de las tapas, dándole al formato un merecido impulso gracias a negocios como Comerç24 y Tapas24. Además, este chef catalán ha experimentado con formatos populares (el chiringuito La Guigueta) e incluso abrió en 2017 La Barra, un restaurante que anticipaba el auge de la brasa y del servicio distendido alrededor de una barra.
El giro más reciente en esta trayectoria llega en 2022 como consecuencia de la pandemia. ¿Su nuevo objetivo? Disfrutar cocinando, pero esta vez en un entorno relajado, con propuestas “sencillas” y junto a su pareja, Natalia Juan. ¿El resultado? Casanatalia, un restaurante situado en un entorno privilegiado como es la localidad de Sant Ferran de Ses Roques (Formentera), y que acaba de inaugurar segunda temporada.
En Casanatalia Abellán hace gala de una gran madurez culinaria, rehuyendo de la parafernalia propia de un gastronómico pero sin renunciar a toques de personalidad que ensalcen las excelencias del producto. Como ejemplo, podemos destacar la textura que consigue en su Raya a la brasa con mantequilla negra, lima y alcaparras sicilianas, o la Ensaladilla de King crab con caviar, una receta popular reversionada con productos de mar exclusivos. Mención aparte merece una combinación como la del Akami de atún rojo con soja, piñones y queso azul, o la lasaña de fricandó de ternera y pollo, con una fina lámina de pasta fresca elaborada en el propio restaurante. Todo ello acompañado por una bodega con más de 800 referencias.
En definitiva, una carta repleta de propuestas de apariencia sencilla pero cuidada ejecución, de platos en los que se aprecia esa gran trayectoria culinaria de Abellán pero llevada a un nuevo estadio, aquel en el que un profesional no se afana por demostrar sino por deleitar. De ahí también la apuesta del chef por complementar la experiencia con Charly’s, un espacio anexo al restaurante para disfrutar de una copa mientras se escucha música en vivo.