¿Qué valor tiene hablar hoy de sostenibilidad, de producto, de territorio, de creatividad, de experiencia gastronómica? ¿Qué pasará en el futuro con estos términos? ¿Se está abusando de ellos? Bien parece que se han convertido en conceptos que el marketing está utilizando de forma recurrente, hasta el punto de que poco aportan ya, que poco valor generan a la propuesta de un restaurante. De hecho, así, a secas, pueden sonar incluso a palabras huecas, cuya esencia se ha visto vaciada por una manera de comunicar demasiado amiga de la instantaneidad de un impacto, de un eslogan o de una etiqueta.

En un momento en el que las redes sociales pueden distorsionar estos mensajes, surge más que nunca la necesidad de poner el foco en aquellos proyectos que verdaderamente trabajan por tener una voz propia o que realmente merecen el calificativo de sostenibles. Asimismo, nace también el reto de concretar, de profundizar en las acciones con las que cada restaurante camina en pos de estos adjetivos.

En definitiva, debemos volver a rellenar de significado palabras como sostenibilidad, producto, territorio, creatividad y experiencia. Bien utilizadas, son imprescindibles para poner en valor el ingente trabajo que esconde el día a día de un restaurante.