Antes de ser heladero-pastelero Andrea De Bellis ejercía de policía, pero era una profesión que no le hacía feliz. Decide entonces dejarla para dedicarse a la pastelería, que entroncaba con aficiones que había practicado desde niño, como el dibujo, el arte, la pintura y la escultura. Así cambia de tercio y se forma en cocina y pastelería en países como Italia, Francia y, sobre todo España. Trabaja largas jornadas en elBulli de Ferran Adrià, con Paco Torreblanca y, también, junto a los hermanos Roca, Joan, Josep y Jordi. Viaja y estudia intensamente para lograr desarrollar una mirada propia de la pastelería y la cocina que desemboca en la apertura en Roma de una pastelería junto a su hermano, Pasticceria de Bellis.