El mundo marino y la investigación son las dos puntas de lanza de la cocina del triestrellado Ángel León. En esta línea también se inscriben el helado y los postres de Aponiente, con alusiones constantes a los productos del mar más allá de lo que suele ser habitual en cocina, es decir como pretexto y contexto de los platos. El mar es una apuesta de vida que alcanza todos los ámbitos del restaurante. No en vano a Ángel se le conoce como el Chef del Mar.
El helado también se incorpora a este discurso a través de la experimentación con el mar, como el Helado Marinero que presenta en #ArteHeladero182, elaborado con agua de mar, y que marida muy bien con la personalidad de las algas y el plancton. Éste es un punto de partida que rompe con lo que convencionalmente se entendía por cuna cocina que se define como marinera y que, en el terreno dulce, todavía tiene mucho que ofrecer.