Daniel Pérez Fernández
Es otro de esos casos de reciclaje ejemplar dignos de elogio que nos encontramos de vez en cuando en este sector. Daniel Pérez Fernández procede de una familia dedicada a la explotación de una granja de productos lácteos de Luarca. En uno de sus viajes a Italia este joven profesional descubre el mundo del helado un poco por casualidad. Desde entonces no ha dejado de formarse a través de libros, revistas, y al lado del heladero de Zarautz (País Vasco), Carlos Arribas.
En su Heladería El Asturiano, Daniel Pérez Fernández ha querido dar un acento marcadamente autonómico a su vitrina de helados. De ahí que haya optado por trabajar algunas de las frutas de sus sorbetes en una huerta propia, desde la que controla perfectamente el estado de maduración idóneo de cada producto y las variedades locales que más le interesan. En sus recetas sus sorbetes cambian durante los meses de cultivo, porque la fruta no siempre es la misma, el sabor y la composición evolucionan. El camino por el que transita este heladero inquieto también le ha llevado a incorporar elementos del Mar Cantábrico en el interiorismo de su heladería.
Apasionado por el oficio, su mayor motivación es justamente los retos que tiene por delante en una heladería que abre sus puertas en 2014: “lo tengo todo por hacer, una reputación que conseguir, un paladar al que educar y una cultura que enseñar”.
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