Es uno de los maestros heladeros más respetados y refinados en todo el mundo. 25 años de experiencia laboral, Campeón del Mundo de la Pastelería de Lyon 1999 con Francia y Meilleur Ouvrier de France Glacier 2000, son hitos de la vida de un gran profesional. Su filosofía de trabajo en formulación está bien expuesta en su libro Apprenez l'Art de la Glace et des Sorbets (2002), disponible solo en francés. El libro repasa la heladería desde la tradición francesa con una formulación idónea para potenciar al máximo el sabor y la textura de los helados. Helados y sorbetes, aperitivos helados, petit fours helados, los turrones, postres en plato, helados salados, las copas heladas, entre otras elaboraciones se dan cita en esta gran obra.
Su última aventura es la apertura de la heladería Une Glace à Paris, en 2015, con lo que regresa con mayúsculas al helado, su verdadera pasión. En colaboración con el pastelero Olivier Ménard, esta heladería rememora grandes clásicos de la pastelería y de la heladería a través de una estética ornamental, inspirada en el pasado y con una visión personalísima del sabor influida por los viajes. En sus elaboraciones, Ryon propone atractivos juegos de texturas, que llevan al cliente a un nuevo plano en la degustación del helado, con elaboraciones que reinterpretan el pasado con la maestría de uno de los profesionales más refinados y polivalentes.
Más allá de la heladería, es conocida también su versatilidad en otras disciplinas como la pastelería y el postre en plato, una virtud que ha profundizado en su etapa en el Café Pouchkine y en el desarrollo creativo de los postres de los restaurantes de la prestigiosa cocinera Anne-Sophie Pic.