Con paso sereno, Fernando Pérez Arellano ha logrado hacerse un hueco entre los grandes nombres a tener en cuenta dentro del panoráma gastronómico español. Lejos de conformarse con alcanzar pronto el éxito gracias a su Restaurante Zaranda en Madrid, su apuesta ha sido siempre ir creciendo en todos los sentidos. Por ello, su cocina se ha trasladado en dos ocasiones hasta acabar recalando en 2013 en el Castell Son Claret de Mallorca. Su cocina ha ido evolucionando, apostando por la reflexión y un punto lúdico, sin pasarse y siemprecon el producto como gran protagonista. Entre las singularidades de su cocina destacan por ejemplo las decinaciones en torno a ingredientes o ideas, dando lugar a interesantes trilogías gastronómicas.