Junto a su pareja César Giménez dirige una de las heladerías barcelonesas de más renombre, Arlequino. Gemma Ramírez alterna la supervisión de una tienda situada frente a la Sagrada Familia, con la producción de helado en el obrador. Precisamente porque conoce bien el comportamiento de una clientela con un elevado porcentaje de turistas extranjeros, aporta siempre un punto de vista comercial interesante en la introducción de novedades en la heladería, así como en la presentación de los helados en cubeta.
Tiene muy claros los helados que tienen posibilidades en los diferentes segmentos de su clientela y qué aspectos hay que cuidar de la configuración y rotación de la vitrina para que la heladería continúe teniendo un pulso comercial importante. Su formación en Diseño Gráfico es una de las razones por las que se inclina por ocuparse de la vertiente más visual de los helados de Arlequino.
En las elaboraciones de la heladería siempre que puede apuesta por formatos más pequeños de degustación como los individuales, que constituyen un buen complemento al helado a granel de las cubetas.