Juan José Orueta
“Ser cocinero me permite entender el producto más a fondo desde su origen, cómo seleccionarlo y combinarlo”
Desde La Obra Heladería Artesanal, Juan José Orueta combina de la mejor manera posible una visión romántica del oficio con un sentido plenamente empresarial del proyecto. Un delicado equilibrio que no suele ser nada fácil mantener, tampoco en Curicó, Chile, donde se encuentra la heladería. Juan José Orueta comenzó a interesarse por la heladería durante su etapa como cocinero, desde su estancia en el Palacio Kursaal Donostia San Sebastián, a su vuelta a Chile. A partir de entonces se forma más a fondo en heladería, tanto en Chile como en Italia, para introducir el helado como un producto más del negocio familiar en La Obra. El establecimiento, en el que también se servían pizzas y sándwiches, sufrió con la llegada de la pandemia. Sin embargo, el helado fue el producto que salvó La Obra porque siempre mantuvo sus ventas. “Entonces decidí invertir todos nuestros esfuerzos y capacidad de endeudamiento en esto. Cambiamos la imagen de marca para centrarla más en el helado”, recuerda. Un giro al negocio que fue clave para dar forma a una heladería que ha ido ganando una personalidad única gracias, en parte, a su sensibilidad culinaria. Dicha sensibilidad le permite, de un lado, entender y conocer el producto más a fondo desde su origen, proporcionándole recursos para seleccionarlos de acuerdo a su calidad y a sus posibles combinaciones. Y, del otro, también le da la posibilidad de introducir técnicas culinarias para dar más recorrido a sus referencias de vitrina. Sus helados, a menudo inspirados en sabores de proximidad, también tienen como referente la temporalidad del producto.
Además de la gestión de la heladería, Orueta imparte formación en la compañía Carpigiani y desarrolla helados para restaurantes de la zona.
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