En 2004, la colombiana Paula Andrea Giraldo Escobar emprende junto a una socia un negocio de heladería que recupera la técnica tradicional del helado elaborado con vasijas de paila, de los campesinos de ciertas zonas de Colombia y Ecuador. Helados de Paila de Mi Pueblo nace, así, con un trasfondo cultural importante y con la voluntad de transmitir la historia de esta forma autóctona de trabajar el helado sin la moderna tecnología del frío generada en Occidente.
Helados de Paila de Mi Pueblo carece de establecimiento al uso, cuenta con un obrador central en Bogotá desde donde parten sus servicios para todo tipo de eventos. Giraldo y su socia son las impulsoras también de talleres de elaboración y cata personalizados, donde se vive la experiencia del helado de paila en directo.
