Bolas y semiesferas de helado atraviesan de punta a punta los contenidos del último número de Arte Heladero (165). Trabajos que tienen puntos de partida muy diferentes se interesan por este formato. Buscan nuevas salidas para el helado y todos encuentran sugerentes formas de presentación y degustación en la esfera y sus derivadas. Se anuncia una nueva vida para la bola de helado desde distintos prismas.

Mario Masiá y Adolfo Romero presentan una original Bola de Tiramisú rellena de helado de tiramisú y borracho de café, rebozada con cacao puro, por ejemplo. Mientras Paco Monllor trabaja la trufa helada abriendo la puerta a un surtido de bocados que combinan el núcleo helado, el tipo de baño y el rebozado. Simple juego de combinaciones. Alessandro Racca apuesta por las clásicas bolas de helado soft que coronan un trío de cucuruchos con diferentes salsas y toppings. En La Fabrique Givrée, Jérémie Runel renueva la copa helada francesa a través de sabores de contrastes inesperados y bolas de helado acompañadas de variados crujientes (pasta filo, chocolate...). De reminiscencias marroquíes, la Copa Casbah es un botón de muestra. Continuamos con la Maison Oberweis, que da forma a nuestra última portada. En ella, la Tarta Helada Frambois'in, así como las denominadas Aux Fruits y Chocolat Framboise, llevan una espectacular decoración a base de semiesferas de helados y sorbetes. La delicadeza y laboriosidad de estas decoraciones explican la elegancia de unas tartas que hoy por hoy son uno de los puntales de esta institución luxemburguesa.

Estos ejemplos ponen en claro que detrás de la sencillez de un formato humilde se esconden miles de posibilidades para el helado.

Más info aquí: contenidos Arte Heladero 165