Hace unos años los hermanos Albert y Carles Soler  se propusieron imprimir un nuevo impulso a un negocio familiar con tres generaciones a cuestas en Badalona (Barcelona). Años atrás ya se renovó la imagen corporativa y se diversificó el producto de Can Soler, buscando complementar el helado con nuevas creaciones. Ahora, los Soler abren una nueva tienda en el Mercat de Montgat, donde reside la familia. La localización ha sido escogida muy a conciencia, tras un estudio de mercado y constatar “el incremento de viviendas que se han construido en los últimos años en la zona, que nos llevó a decantarnos por establecer aquí la nueva heladería”, explica Albert Soler. En el nuevo Mercat de Mongat se han abierto negocios de proximidad y, al mismo tiempo, con mucha trayectoria. “Un bloque fuerte presidido por el Mercadona y el resto de operadores que ofrecen un servicio de calidad y experiencia: restaurante, pescadería, carnicería, quiosco, etc…”, continúa.

Albert Soler, primero por la derecha, posando junto a su padre y su mujer,  

Una heladería que inaugura a finales de noviembre no suele ser habitual en el sector heladero. ¿Qué ha llevado a la familia a realizar la apertura fuera de temporada? Precisamente el nuevo Can Soler (frío, caliente, dulce y salado) representa un paso decidido hacia la desestacionalización del resto de heladerías Can Soler. “Sí, abrirá todo el año, creemos firmemente en el modelo utilizado. Hemos apostado por una evolución de Can Soler y salir del típico “modelo estacional, adaptándonos a la época en que nos encontramos. Por eso mismo, nuestro nuevo concepto es denominado “Frío/Caliente/Dulce/Salado”, ya que salimos del modelo estacional que sólo nos ofrece la heladería y la turronería. Posiblemente, ésta sea una buena evolución de nuestros negocios para poder trabajar durante todo el año”, argumenta.

La heladería dispone de una zona de panadería, bollería, pastelería, cafetería, turronería y heladería. Uno de los objetivos comerciales es el de aumentar las franjas horarias de servicio de la clásica heladería. De ahí que se ofrezcan desayunos, almuerzos, aperitivos o “simplemente disfrutar de una copa de cava en un entorno agradable y tranquilo. Y todo ello, ambientado en los días de sol con una terraza con amplias vistas al Maresme”.

En cuanto a la oferta de helados, “en temporada alta nuestros clientes podrán disfrutar de una gama de más de 40 sabores. Este año hemos incorporado una nueva gama de helados con palo (los típicos polos)”. Además, en el nuevo Can Soler de Montgat también podrán probar bombones helados, batidos, smoothies, creppes, y las tradicionales barras de helado, que se prepararán en función de los gustos del cliente. En invierno, se expondrán 8 helados en vitrina en una apuesta por los que tienen más aceptación: chocolate, vainilla Madagascar, vainilla cookies, limón, turrón, fresa, stracciatella y tarta San Marco. No obstante, “iremos alternándolos con otros sabores para que haya una rotación más amplia, y sea más dinámico. Además, vamos a trabajar también en crear helados personalizados con los sabores que más gusten al público, y con unas coberturas especialmente diseñadas. Esto es algo que venimos haciendo desde hace años, pero que todavía no le habíamos dado difusión”, matiza.