Luis Concepción nos invitó a escribir unas líneas para el número 200 de Arte Heladero, y que lo reflejáramos con un sabor de helado. Pensamos, qué reto más difícil, elegir un sabor con todo un mundo tan diverso que nos transmite la revista continuamente.
A nosotros lo que nos gusta es colaborar, compartir, aprender, descubrir, transmitir, y de la misma manera buscamos relacionarnos con nuestros clientes, alumnos, asesorados, y todos con los que podemos compartir de una manera u otra. Es el caso de las publicaciones varias, y más en concreto en Grupo Editorial Vilbo, con sus espectaculares revistas profesionales de pastelería, heladería y alta cocina, además de sus ediciones digitales. Siempre es un honor que se acuerden de nosotros, y más en estas celebraciones.
Cuando pensamos en un helado, lo primero que hacemos es buscar un recuerdo del ingrediente, sus comparaciones con otros sabores similares, su olor, su sabor, su textura, y hasta su sonido en algunos casos (al partirlo, al morderlo, al masticarlo, etc…), incluso el famoso umami, si fuéramos capaces de encontrarlo en el conjunto de los sentidos.
En ocasiones un sabor es incluso la suma de diversos sabores unidos, en diferentes proporciones, los cuales pueden incluso traernos recuerdos completamente diferentes unos a otros. Ese dicho que nos suena a todos, “para gustos los colores”, me atrevería a decir que mucho más apropiado sería decir, “para gustos los sabores”.
Cuando nosotros los profesionales del helado desarrollamos un sabor, como siempre lo dividimos en varias fases, la autenticidad del sabor, del color, y las sensaciones que pensamos nosotros que nuestros clientes desean encontrarse. Calidez o frescura, qué tipo de cremosidad, la persistencia, y en muchas de las ocasiones en las que es una combinación de sabores qué presencia debe tener cada uno de ellos y de qué forma se tienen que encontrar. Cuando tenemos que definir algo, buscamos adjetivos, palabras que nos traigan a la mente esas sensaciones, siempre agradables, añoranzas con buenos recuerdos, esas historias inolvidables, etc.
Cuando nos centramos en un sabor que defina a la revista Arte Heladero, siempre termino pensando en el chocolate. El sabor más universal y a su vez más complejo que existe y que nos une a los que hacemos helado, a los pasteleros, cocineros y a todos los sectores culinarios que toca la revista. El sabor con el que nunca se acaban adjetivos que indican que algo es más sabroso, apetecible, apetitoso, rico, suculento, exquisito... Todo esto es lo que nos ofrece Arte Heladero en cada uno de sus números.
Pensemos en esas palabras que pueden definir el chocolate:
- Historia. Así como el chocolate es parte de nuestra historia la revista ha demostrado que con estos 37 años es parte de la heladería artesana en nuestro país.
- Multicultura. De la misma manera que el chocolate, la revista nos trae esos sabores, tecnología, presentaciones e ideas desde otros continentes y culturas.
- Diversidad. Si algo nos ofrece la revista es esto. Un espacio donde profesionales de distintos sectores nos aportan sus experiencias, sus conocimientos y formas de ver las cosas.
- Color. No nos cabe ninguna duda de la calidad de todas las presentaciones que aparecen y se reflejan en la revista.
- Sabor. Desde luego no podemos decir que no se han esmerado en estos años en traernos una inmensidad de sabores con los que poder evolucionar en nuestras heladerías.
- Textura. Como nosotros, cualquiera que haya conocido la revista desde sus inicios habrá visto cómo se ha adaptado a los tiempos en calidad, imagen y posicionándose como una referencia del sector en las nuevas tecnologías.
Todos estos adjetivos los podemos encontrar en este sabor tan simple y complejo a la vez. No puedo dejar de recordar el curso que impartimos Antonio Sirvent y yo en las instalaciones de Anhcea, durante 5 jornadas completas tratando única y exclusivamente el sabor del helado de chocolate. Y que acompañados de más profesionales de la asociación expusimos 240 helados diferentes en la Feria Intergelat de Alicante en 2005, y todos ellos con el denominador común, el helado de chocolate.
Por todo ello nuestro especial homenaje al chocolate y a Arte Heladero. Por todo lo que nos ofrece desde lo más simple a lo más complejo y que identifica a ambos desde nuestro punto de vista.
Y desde la escuela, obrador y heladerías Carlos Arribas, no podemos más que felicitaros por ese trabajo tan difícil, intenso, y excelente que nos ofrecéis intentando llegar y satisfacer a todos los públicos de nuestro sector, proveedores, heladeros, cocineros, pasteleros de todas las partes del mundo de habla hispana. MUCHAS GRACIAS y ánimo y fuerza que el sector os necesita.
¡Gracias siempre!