Damos la bienvenida al número 200 con una revista distinta, que se aparta del guión habitual de los contenidos de Arte Heladero y de nuestra relación con los colaboradores. A partir de este planteamiento hemos escogido a 25 colaboradores para pedirles que, en esta ocasión, se inspiraran en la cabecera para realizar una creación personal y única. A través de un código QR, cada uno de estos 25 artículos está unido a un vídeo donde aparece el autor explicando su vinculación con la revista y hablando sobre el helado que presenta. El resultado marca un punto de inflexión en nuestra trayectoria con un número donde brillará, por encima de todo, la excelencia de los trabajos y la pluralidad de enfoques. Un pequeño botón de muestra del talento y la diversidad de perfiles profesionales que ofrece la heladería en la actualidad. Y lo más importante, el potencial de un producto que estamos redescubriendo.

Una celebración siempre es un buen motivo para repasar de forma resumida nuestra historia. A principios de los años ochenta la Feria Intergelat, que se realizaba en Jijona, empezaba a mostrar síntomas de crecimiento y dinamismo sectorial, mientras se vivía la apertura de heladerías en las zonas más turísticas de un país con una oferta cada vez más atractiva de sol y playa. El sector comenzaba a reunir las condiciones necesarias para poder contar con una publicación especializada. Un escenario que lleva al fundador de Grupo Editorial Vilbo, Rafel Vilà, a crear una revista especializada. Si Dulcypas había nacido en 1979, cinco años después veía la luz Arte Heladero.

Sin embargo, en aquellos primeros años la revista tenía muchas dificultades para encontrar a colaboradores que estuvieran en condiciones de tener los conocimientos necesarios como para publicar y existía un gran recelo a compartir las recetas. La cabecera tuvo que abrirse paso a través de este hermetismo con perseverancia y la alianza estratégica con muy pocos profesionales dispuestos a publicar y a compartir. Así a finales de los noventa la revista recibe el impulso del maestro heladero Angelo Corvitto, que entendió antes que nadie que era necesario romper con el secretismo y con un conocimiento intuitivo y empírico del oficio. El resultado de este ejercicio de generosidad fue la publicación de numerosos artículos de fondo que culminaron con la obra Los secretos del helado.

Con la entrada al siglo XXI poco a poco va emergiendo la figura del experto en formulación con otros nombres que ayudan a poner las bases de la formación en heladería, que exponen sus teorías en los cursos de Anhcea y, posteriormente también en el Curso de Experto Universitario en Elaboración Artesanal de Helados, de la Universidad de Alicante. En esos años la revista fue un espacio privilegiado también para plasmar estas incipientes metodologías de trabajo, con artículos técnicos que han tenido gran recorrido en un sector que descubría la importancia de la formación. Y a partir de entonces progresivamente la heladería deja de centrarse sólo en la formulación para buscar la evolución en sinergia con otras disciplinas, como la pastelería y la cocina. En Arte Heladero este proceso de apertura se ha notado con la llegada de nuevos colaboradores de otras áreas que han enriquecido los contenidos y ampliado los planteamientos.

En resumen, 37 años caminando junto al sector con un balance más que positivo y la constatación de un producto que ha avanzado y seducido a profesionales de otras áreas gastronómicas.