El estilo italiano y la solera se dan la mano como en pocas heladerías de España en Di Breda. Ramón Breda imprime su personalidad en una enseña que acaba de abrir su tercer punto de venta en el casco antiguo de Vitoria. Un estudiado proceso de implantación de una marca que ya forma parte de la historia de esta ciudad.

Heladería Di Breda incrementa su presencia en Vitoria con la apertura de su tercera tienda en el centro de la ciudad. En esta ocasión se ha escogido la Cuesta San Francisco, en pleno casco antiguo medieval. La entrada de la mítica calle Cuchillería es un emplazamiento idóneo. Está situada también muy cerca de la iglesia de San Miguel, desde donde cada 4 de agosto baja el icono de las fiestas de La Blanca de Vitoria Gasteiz, Celedón. Se trata de una zona rodeada de populares restaurantes de pinchos, vinos y zuritos, por los que discurre mucha vida. En los alrededores se encuentran comercios instalados desde hace muchos años, como la farmacia Puente de 1826, la pastelería La Peña Dulce, y Victofer, que ofrece conservas artesanas desde 1922. Además de la localización, “la artesanía es lo que nos une a nuestros comercios vecinos”, afirma el propietario, Ramón Breda

Ramón Breda
Ramón Breda

Di Breda es una heladería tradicional italiana, cuyas recetas han sido actualizadas para continuar adaptándose al paladar de la clientela de Vitoria. “Nuestros helados están elaborados siempre con productos naturales de primera calidad. Queremos ofrecer los mejores helados y para ello elaboramos en nuestro obrador 26 sabores diferentes, dependiendo de la temporada”, asegura. Entre ellos, no pueden faltar clásicos de gran aceptación como los sorbetes de fresa, limón, helados de avellana, mantecado, chocolate, toffe y nata, que acompañan a Di Breda desde sus primeros compases. A ellos se suman nuevas incorporaciones que responden a una clientela en la que ahora se encuentran colectivos de otros lugares del mundo, lo que ha permitido abrir la carta a propuestas diferentes. El sorbete de mango y el helado de dulce de leche responden a esta nueva demanda, mientras que otras referencias como el yogur, chocolate belga con naranja, fondant y pistacho son la expresión de la inquietud profesional de Ramón Breda. “Para la ocasión (la nueva apertura) hemos querido ofrecer helado de alta gama como el pistacho de Bronte, porque la calidad del producto es para Heladería di Breda fundamental, un elemento diferenciador. Estamos convencidos de que la gente aprecia que los helados estén realizados con productos de primera calidad, 100% naturales”, comenta.

Asimismo, la vitrina no quiere dejar fuera a ningún consumidor como los colectivos de intolerantes. De ahí que incorporen helados sin azúcar, como el de chocolate sin azúcar ni lactosa. También se encuentran productos complementarios como la leche merengada, los granizados y los batidos. Como en el resto de puntos de venta, la temporada se abre el 1 de marzo para terminar el 1 de noviembre. Desde noviembre, “acudimos a ferias del sector para comentar con los colegas las novedades del mundo del helado y dar oportunidad a todo el equipo di Breda de investigar y mejorar el producto”.

Gelateria italiana Di Breda

La imagen de nuestras heladerías

Hace cinco años “nos planteamos actualizar nuestra imagen para darle la importancia que los nuevos tiempos demandan. De ahí que modernizáramos nuestro logotipo, implantándolo en todos los elementos comerciales, con el fin de que las personas asocien a la Heladería di Breda los valores principales que nos caracterizan: calidad, artesanía y tradición”. “La confianza, los resultados y el buen hacer de la empresa que lidera Anuska Arbildi, hicieron que tras la renovación del logo, diéramos un paso más y nos abriéramos al mundo de internet: www.heladeriadibreda.com y a las redes sociales, siendo el Facebook de la Heladería una herramienta fundamental para atender a las demandas de nuestro público”, asegura. La importancia que ahora tiene la imagen debe reflejarse también en la decoración de los locales, por lo que “encargamos al equipo de Anuska Graphic la conceptualización, diseño y creación del nuevo local del casco antiguo”. “En nuestra opinión el local se adapta a las exigencias tanto de la ubicación como de la funcionalidad. Es un espacio en el que, gracias a la cerámica hidráulica, se respira artesanía y tradición; los colores utilizados en su decoración (beige y marrón chocolate) hacen que el ambiente sea agradable, sin restar protagonismo a las vitrinas de helados, que son las que aportan color y sobre todo sabor a la nueva Heladería di Breda”, detalla la propia Anuska Arbildi.

Es un espacio en el que, gracias a la cerámica hidráulica, se respira artesanía y tradición; los colores utilizados en su decoración (beige y marrón chocolate) hacen que el ambiente sea agradable, sin restar protagonismo a las vitrinas de helados.

Los orígenes de la heladería

La historia de Di Breda comienza en 1939. De la mano de Eugenio Vez, Antonio Breda Tonussi llega a Zarauz desde Cordignano-Treviso, un pueblo cercano a Longarone con gran tradición de heladeros. En 1942 se instala en Vitoria-Gasteiz y 10 años después se casa con Ana María De Miguel, con quien fundó las primeras Heladerías Italianas, en las calles Dato y Libertad. El actual propietario y segunda generación heladera, Ramón Breda, comienza su formación en 1976, participando activamente en el negocio. Dos años después se traslada a Longarone para ponerse al día de los avances de la época y familiarizarse con las nuevas formulaciones y tecnologías. Continúa su aprendizaje en Florencia y Bolonia, hasta que en 1982 regresa a Vitoria Gasteiz para abrir una nueva heladería con sus hermanos. En 1996, Ramón Breda toma las riendas del negocio y abre una nueva heladería en su ciudad, en la Plaza de Loma. 

Sorbete de Mango

Descubre la receta del sorbete de mango de este reportaje en Arte Heladero #172.