Tal y como ya vimos en Arte Heladero 207, a Erika Quattrini (Gelateria Quattrini) le gusta experimentar con todo tipo de diferentes técnicas y tecnologías para incidir en la percepción del helado.
Una de ellas es el alambique destilador para obtener hidrolatos de origen natural que trabaja en su obrador. Estas aguas aromáticas de plantas, vegetales y especias, se convierten en perfumes que se pulverizan directamente sobre el cono o la copa de helado, ofreciendo así una experiencia de degustación inédita en las heladerías.
Ahora en colaboración con su marido Luigi Buonansegna, de la Gelateria Officine del Gusto de Pignola, ambos galardonados con los Tres Conos del Gambero Rosso, se han propuesto elevar los aromas del helado pulverizando los helados con estos hidrolatos que enriquecen cada sabor con matices únicos y naturales. Hojas de limonero, laurel y canela, romero y piel de naranja, salvia, son sólo algunos ejemplos de las esencias que cambiarán según la estacionalidad y que se podrán encontrar en las dos heladerías este verano.
Es una propuesta que aúna innovación y naturalidad, potenciando la pureza de los ingredientes y dando la oportunidad al cliente de completar el helado elegido con la fragancia con la que se sienta más a gusto. Además, la experiencia de aromatizar el helado es totalmente gratuita y pretende estimular el olfato y la imaginación de los clientes.
Tal y como explica Quattrini, los hidrolatos se pueden utilizar tanto para aromatizar como para enriquecer una elaboración, como ya hizo en su sorbete Esencia, en colaboración con la también heladera italiana Taila Semerano.
El objetivo de esta iniciativa es ofrecer al cliente una experiencia totalmente personalizada, “ya que podrán elegir qué fragancia (hidrolato) quieren y con qué sabor de helado combinarla”. “Para la elección de los sabores de los hidrolatos nos dejamos inspirar por lo que la naturaleza nos pone al alcance en cada momento y por nuestra imaginación”, añade.