Poco después del Subcampeonato del Mundo de Heladería, Jordi Guillem trasladaba su reconocido restaurante gastronómico Lo Mam a un nuevo escenario, el lujoso hotel Le Méridien Ra Beach de El Vendrell (Tarragona), el pasado mes de mayo. Apenas unos meses más tarde, continuaba este frenético 2018 volviendo a dar la campanada con la apertura de una heladería en el céntrico barrio de Malasaña (calle Carranza), en Madrid. Este sábado 17 de noviembre se inauguraba, así, la heladería Popota junto a su socia Irene Ravchuk, quien titulada en Carpigiani Gelato University (Bolonia) tiene un pasado vinculado a la moda. Ravchuk ha desarrollado el interiorismo y el diseño de la comunicación del establecimiento.
Popota abrirá todo el año y se presenta con una vitrina de 12 helados a granel, la mitad de los cuales se basa en elaboraciones propias de Jordi Guillem, y el resto son clásicos. Dentro de las más destacadas creaciones propias del cocinero y delegado del Equipo Español de la Copa del Mundo de Heladería 2018 se encuentran el Mago Merlín (la copa presentada en la pasada edición de la Copa del Mundo de Heladería 2018), que combina coco, plátano y pasión; Camp de Tarragona, con avellana, algarroba y aceite de oliva virgen; Croissant de mantequilla de Oriol Rossell (el croissant cocido se incorpora en la base del helado y luego se vierte en la mantecación desmigado y seco para formar parte del producto final como inclusión); el Sorbete de limón con toques de lima kafir y lavanda; y el Polo de cereza morello con frambuesa y reducción de vinagre Forum Merlot.
El objetivo es que Popota se acabe convirtiendo para muchos madrileños en la heladería de referencia de la ciudad. Guillem detalla que en la oferta se ha buscado la esencia de cada producto, por lo que no “hemos escatimado en gastos a la hora de adquirir ingredientes de la máxima calidad”. También explica que en los helados de base láctea se ha reducido el porcentaje de leche para rebajar el sabor lácteo de este tipo de helado y se ha compensado con agua en la fórmula. Esto ha permitido transmitir con una mayor fidelidad sabores como la mantequilla noisette, por ejemplo. También en la línea de reforzar el sabor de sus propuestas, los sorbetes incorporan una menor cantidad de sacarosa. “Las recetas de nuestros sorbetes, granizados y horchatas van al límite de azúcares como la sacarosa precisamente para ser más fieles al sabor original del producto. Esto lo hemos compensado con otros sólidos como los azúcares naturales y orgánicos, derivados de la algarroba y comercializados bajo la marca Fruit up”, asegura. En la actualidad, Popota ofrece “sorbetes con hasta un 60% de fruta natural, que en algunos casos como el de la naranja se refuerzan con la aportación aromática de la piel".
En paralelo, se estudia el lanzamiento de una línea de helados calientes para el invierno. Helados que podrán ir acompañados con una suerte de “perritos calientes”, gofres u otro tipo de panecillos.