En Sant Celoni (Barcelona), Marc y Jordi Rodellas dirigen un pequeño y creativo negocio familiar, Pastisseria Rodellas. Estos inquietos hermanos se caracterizan por asumir constantemente retos, entre ellos el de la elaboración de una neula de chocolate de 65 m, la más larga del mundo. Su último proyecto es Konkoa, una heladería que han abierto durante la crisis sanitaria del coronavirus y que ha tenido muy buena acogida, y no sólo porque los vecinos ya conocen su forma de trabajar, sino también porque "en este municipio no hay ninguna heladería artesana", afirma Jordi.
Hace mucho tiempo que tenían esta idea en mente como complemento a la pastelería, que siempre baja en ventas durante el periodo estival, pero es ahora cuando han dado el gran paso con el apoyo de Mattiello Veneto. La empresa les ha asesorado en la elección de máquinas y les ha formado en la elaboración del helado.
La filosofía de Konkoa es muy clara: helados naturales de etiqueta limpia, de gran calidad y sin colorantes artificiales. "Un prototipo que nos gustaría franquiciar en pueblos pequeños", prosigue. Asimismo, su intención es abrir sólo durante la temporada de verano, de ahí que "vamos a ofrecer únicamente helados, horchatas y batidos", aclara. Y como son especialistas en neulas, no descartan más adelante producir ellos mismos los cucuruchos.
De momento los clientes pueden disfrutar de una cuidada selección de helados, así como de su divertida colección Conüs de minicucuruchos con rellenos de crema de chocolate, elaborada íntegramente por ellos mismos. En breve, la oferta se va a ampliar cada semana con un nuevo helado de autor de 300 gramos y de sabores tan pasteleros como coca de músico, coca de San Juan, crujiente de neula, panettone... "porque queremos trasladar los productos de la pastelería a la heladería". También sorprende el diseño del local, minimalista y muy alejado de la estética de la típica heladería, "ya que nuestro propósito es que nos conozcan por el boca a boca", afirma Jordi.
Con paso firme avanzan estos pasteleros, y ahora también heladeros, que ya anuncian que han invertido en una nave de 600 m2 que destinarán, en fases, a la producción de conos, panettones y turrones.