Uno de los grandes clásicos de la heladería Xixovic (Vic, Barcelona), abierta desde 1944, es la barra de helado. Su elaboración se remonta a los inicios del negocio. Sus fundadores, Lola Llorens y Daniel Sirvent, llenaban de helado unos moldes de acero inoxidable, que al día siguiente desmoldaban. De cada molde salían unas cuantas barras que se envolvían en papel. A partir del 1982, el proceso evolucionó y se empezaron a utilizar como moldes unos envases individuales de cartón plastificado.

Para Eulàlia Sirvent, tercera generación y actual propietaria de Xixovic, la clave del éxito de estas barras de helado es que “actualmente la gente compra muchos productos a punto para comer. Es más cómodo llegar a casa con el helado y no tener que tocar demasiado el producto. Sólo hay que cortar, poner las galletas y disfrutar, es muy práctico. Además, en Vic el verano es corto, pero siempre se puede comer un corte de helado en casa aunque haga frío”. A esto hay que sumar la gran variedad de sabores, algunos de ellos pensados para celíacos, intolerantes a la leche y veganos como la nueva barra de sorbete de mango y sorbete de limón. Y no sólo eso, “tenemos semifríos que hemos convertido en helados (nata, crocanti, etc.)”, asegura.

La apuesta por este formato va a continuar porque “visibiliza la marca en otros puntos de la comarca de Osona. Es un formato muy bueno para vender en otros establecimientos, ya que no requiere ninguna manipulación”, añade.

La gran demanda es otro factor a tener en cuenta. “A la gente de fuera le encanta ver cómo hacemos los cortes en directo, lo viven como algo vintage y muy original. Para nuestros clientes es algo muy esperado y conocido”, prosigue.