Imaginar nuevas formas de presentación del helado es la seña de identidad de la heladería londinense Ruby Violet, de Julie Fisher. Es algo que no se frena fuera de la temporada estival y que siempre intenta evocar la inocencia infantil a la que tradicionalmente se asocia el helado. Las bombas heladas de estilo británico, los sorbetes crisantemos (con forma de flor), tartas heladas, polos de curiosos formatos son sólo algunos ejemplos de su producción. Pero en esta campaña otoñal, los productos emblemáticos que siguen siendo protagonistas de nuevos lanzamientos son el Rollo Antártico (Antartic Roll) y el Baked Alaska.

El Rollo Antártico es un postre británico con relleno de helado de vainilla y envuelto en una fina capa de bizcocho enrollado, del que Julie Fisher ha hecho sus propias versiones. Disponible tanto en bizcocho genovés como en chocolate y relleno de diferentes helados, es una de las firmes apuestas de Ruby Violet. También está de actualidad últimamente el Baked Alaska, probablemente la especialidad más representativa de la casa y la que le ha dado mayor fama. Relleno de helado y cubierto de merengue seco, pero con poca cocción para que no se derrita el helado, este producto nace en Nueva York en 1876. La versión de Ruby Violet también lleva bizcocho genovés y merengue seco y se puede rellenar con los helados que prefiera el cliente. Ahora Julie Fisher lanza la versión mini del Baked Alaska, en un práctico embalaje para varias unidades.