La tarrina se ha convertido hoy en día en un elemento central en la identidad de una heladería, sobre todo cuando el producto se consume fuera del establecimiento. Dice mucho más de una heladería y de su helado de lo que el profesional se imagina. Es más que un mero contenedor, es una verdadera declaración de intenciones.

En el reportaje "El embalaje clave de la identidad de una heladería" de Arte Heladero Especial Establecimientos se han seleccionado tarrinas y cajas de porexpan de diseño de países tan diferentes en su tradición heladera como Estonia, Estados Unidos, Israel y Canadá. Son casos que evidencian la interesante evolución que vive este campo en la heladería como un elemento diferencial de la competencia y que cuenta los valores de la heladería. Desenfado, calidad de la materia prima y la reivindicación de la elaboración propia son elementos que se transmiten a través del embalaje.