Tiene que crujir, debe tener un formato poco visto, preferiblemente con un diseño de cosecha propia. Ha de aprovechar las posibilidades que da la nueva generación de ingredientes o incluso estar atenta a nuevos grupos de consumidores, por ejemplo, los veganos. Todos estos requisitos se dan cita en la cuarta entrega anual de Dulcypas, que reúne una serie de rostros menos habituales en la revista, viajando desde México (portada) hasta San Petersburgo sin perder de vista el legado sefardí conectado con nuestra tradición pastelera.