Su hermano Álvaro le despertó el gusanillo por el mundo dulce, aunque ya de pequeño disfrutó del ambiente que se respiraba en el obrador de A Maquía, la panadería de sus padres en Culleredo (A Coruña). Su inquietud por aprender le llevó a mudarse a Barcelona para estudiar en la EPGB, donde recibió numerosos premios como el de Mejor Alumno de su promoción. Tras una serie de stages y trabajos en pastelerías como Sant Croi, volvió a su ciudad natal para dirigir el obrador de la empresa familiar junto a Álvaro. El negocio, que ganó en 2020 el Premio a la Mejor Pasta de Té de Galicia y tercera clasificada de España, goza cada vez de un público más amplio.