Dulce González probó suerte con el periodismo de investigación en su México natal, hasta que en el 2019 viajó a Barcelona para estudiar en el Culinary Institute.
Cuando llegó la pandemia, empezó a germinar la idea de Casa Dulce, un establecimiento en el Eixample donde ofrece pastelería mexicana con ingredientes de calidad y menos dulzor. Un local que abrió en 2024 después de más de tres años de aventura en un pequeño obrador desde el que atendía a la cada vez más creciente demanda de sus panes de muerto, conchas, nieves, atoles y demás especialidades.