Esther Real estudió ADE y descubrió su pasión por la pastelería en Hofmann, donde primero se formó y luego ingresó en su equipo de producción, pasando cuatro intensos años, al lado de Eric Ortuño primero y de Miquel Guarro después. Su siguiente parada fue el equipo de La Dolça de elBarri de Albert Adrià, donde no pudo pasar mucho tiempo porque llegó la pandemia y cerró.
En 2021, se puso al frente del centenario Forn Gil junto con su pareja Gerard Gil para darle un nuevo aire, con una reforma profunda del local madre, en el Clot barcelonés, y una apuesta renovada de la oferta de bollería y pastelería. Desde entonces ha ganado dos veces el premio Mejor Coca de San Juan de Catalunya, en 2022 en la categoría tradicional y en 2024 en la de chocolate.