Lucila Canero

La argentina Lucila Canero no siempre tuvo claro que iba a ser pastelera. Empezó estudiando Ciencias Políticas, después se interesó por la cocina y, finalmente, descubre su pasión por la pastelería. En Buenos Aires tras acabar su carrera cambia de rumbo y se inclina por la cocina. Funda entonces una empresa de catering propia y poco después recala en un Relais Chateaux de Patagonia. A continuación decide cruzar el Atlántico para estudiar en la Escuela de Pastelería de Barcelona (EPGB). En la capital catalana tiene la oportunidad de trabajar en las pastelerías Sant Croi de Albert Roca y Ochiai, además de diseñar la carta dulce del Restaurante Línea del hotel Almanac.

En 2021, abre junto a su pareja Gerardo Rossini su propio negocio, La Luciérnaga. Se trata de un obrador de pastelería natural, vegana y sin gluten con venta por encargo (sobre todo en línea) y punto de recogida en Castelldefels (Barcelona).