Con una sólida formación pastelera y culinaria, el gallego Miguel Gil ofrece creaciones limpias y minimalistas, inspiradas a menudo por la pastelería catalana. Gil es un devorador de toda la información que genera el sector y un auténtico todoterreno con un amplio abanico de productos. Durante el último trimestre de 2013 pone fin a su trayectoria al frente de la pastelería Doce, con tres tiendas en Santiago de Compostela. Su nueva aventura profesional le anima a cruzar el charco rumbo a Brasil, para comenzar a trabajar en un complejo hotelero de Salvador de Bahía.