Es uno de los grandes maestros de la actual pastelería francesa e inventor en 1994 de los verrines (vasitos), causando sensación a nivel internacional al presentar por primera vez los postres verticalmente en vasos transparentes.
Sus tiendas, repartidas por París, Londres y Japón, muestran productos sencillos y de inspiración clásica. Después de más de 40 años de carrera, el chef parisino asegura que su creatividad es más madura, menos visible en cuanto a presencia, pero más profunda en cuanto a sabor.