Posee dos de los títulos más codiciados por los grandes profesionales, el de Mof Pâtissier y el de Campeón del Mundo de Pastelería (Lyon 2005). Philippe Rigollot encarna lo que se suele entender por savoir faire francés, pero con una elegancia poco frecuente. Es, por tanto, uno de los grandes embajadores de la pastelería gala. Rigollot es miembro del comité organizador de la Coupe du Monde de la Pâtisserie y propietario de su propio establecimiento en Annecy, Francia, donde ofrece una pastelería simple y golosa que mantiene un equilibrio entre las diferentes texturas y aromas.