Nuestra asistencia a Gelato Contemporaneo (GeCo, Sicilia) el pasado mes de septiembre nos reafirma en aquella vieja idea que siempre hemos defendido de la importancia de no tener miedo a compartir. Una idea que recibió un impulso definitivo en la revista con el maestro Angelo Corvitto y que ha sido constante todos estos años. Como decíamos, el viaje a Módica para cubrir estas jornadas de alta formación con profesionales de otros sectores en GeCo nos mostró un país en el que no solo se ha perdido el miedo a compartir, sino que también se ha dado un paso definitivo hacia el debate abierto desde diferentes formas de entender la heladería. Lo vimos en riguroso directo al término de cada demostración, que daba pie a intensas discusiones sobre temas diversos del sector. Debates que se desarrollaban siempre desde el respeto mutuo, en un ambiente de fraternidad, y en los que estaba claro que lo importante era el intercambio de ideas para avanzar. Además, aquellos docentes y cursillistas italianos estaban abiertos también a tomar buena nota de los ejemplos positivos que podían brindar otros países como Francia y España.

Y es que cuando va creciendo durante años el número de profesionales que practica con el ejemplo, es decir compartiendo formación y conocimiento, se puede alcanzar un nuevo estadio en un sector. Hablamos de un determinado punto de madurez en la consolidación de unos conocimientos de base en el oficio y en una actitud general que crean las condiciones para un debate abierto desde la diferencia. Arte Heladero 203 nos ofrece ejemplos muy ilustrativos de este punto de madurez. Además del reportaje sobre GeCo, podemos encontrar otros contenidos en esta línea, como el del italiano Roberto Lobrano. Uno de los grandes objetivos de su flamante escuela Gelato Cult es precisamente el de ser un espacio de experimentación y debate entre colegas. Lobrano, que formó parte de los cursillistas en GeCo, también practica con el ejemplo. Y es que en Italia cada vez son más los espacios sectoriales donde se pueden confrontar ideas sin que nadie se rasgue las vestiduras porque un profesional piense de manera distinta a la mía. Otro ejemplo de este número viene de la mano de José Manuel Miquel, quien nos habla en su artículo de la relevancia de crear “círculos de información” con otros colegas, donde la premisa esencial es estar abiertos a hablar y escuchar, a debatir y aprender del debate.