Para Raúl Asencio, la incorporación de helados a sus pastelerías responde a sus ganas de experimentar y de explorar, de probar cosas nuevas, así como de afrontar un nuevo reto técnico profesional y de garantizar la estabilidad de su plantilla durante todo el año. Así, tras el panettone y la pastelería toca el turno a los helados a partir de Semana Santa, que será uno de los grandes protagonistas de sus pastelerías los próximos meses.  

Su último lanzamiento es un producto que marca la transición entre estas dos temporadas en las que se divide el año en sus pastelerías. Así en la transición entre el final de la campaña fuerte del panettone, y antes de arrancar con los helados, Asencio suma a su oferta este falso polo de turrón, elaborado con un delicado mousse de turrón con rocas de turrón de Jijona, almendra marcona y chocolate blanco, y todo bañado en chocolate con leche y almendras marconas. Una creación en la que se cumplen factores que distinguen a sus helados, como la materia prima y un sabor especial. Y, además, hay que añadir una estética atractiva, y es que este chef siempre ha sido muy cuidadoso con la presentación de sus productos.

Su oferta heladera es rica, diversa y busca un toque original al versionar postres clásicos. Cada uno de estos helados se elaboran en su obrador de Aspe (Alicante), siguiendo tres parámetros fundamentales. El primero, precisión en los procesos. El segundo, cuidado en la selección de las materias primas, ya que defiende que "los matices y la profundidad del sabor dependerán, en gran medida, de la calidad de los ingredientes". De ahí que apueste por los productos naturales (fruta fresca, leche, frutos secos tostados en su obrador, etc.). Y el tercero, la variedad. Los clientes siempre encuentran en su vitrina nuevos sabores, algunos muy reconocibles y otros sorprendentes, ya que "el horizonte de la heladería es vastísimo y permite que la creatividad campe a sus anchas", afirma.