¿La Inteligencia Artificial puede ayudar a los heladeros a ser más originales? ¿Es una herramienta realmente útil en el día a día de un obrador?
Lo cierto es que en pastelería encontramos casos de chefs como Éric Ortuño que ha asegurado que la IA es un gran avance y que reconoce utilizar el ChatGPT en l’Atelier Barcelona “tanto en la elaboración de las recetas como a la hora de obtener más información sobre productos”. Sin embargo, la sensación en el mundo de la heladería es que son muchos los profesionales que están usando la IA como una estrategia de marketing, pero de manera mucho menos generalizada como herramienta experimental de creación. Eso sí, hay profesionales que confían mucho en sus oportunidades, como es el caso de Yon Gallardo, que la define como “una herramienta increíble, aún no somos conscientes de cómo va a cambiar el mundo. Escuchando el otro día un podcast al respecto, la ponían a la altura de la invención de la imprenta. Jesús Valdés, que participó en el MMAHE, también la emplea. El otro día me estuvo diciendo que le enseñaba fotos de las estanterías a la IA y era capaz de hacerle el stock y preparar pedidos”. Por poner algún ejemplo práctico, “a nivel de gestión de tienda, se le puede pasar todos los tiquets del día y es capaz de gestionar horarios, indicando cuánto personal hace falta según la hora. O, por ejemplo, se le puede pedir frases muy cortas para que los empleados puedan dar a los clientes explicaciones ágiles sobre los helados”.
Para hablar de las posibilidades creativas de la IA, de su posible aplicación en el sector y de su futuro en el ámbito gastronómico, hemos entrevistado a Ramón Castillo, galardonado creador publicitario que ha presentado en los últimos años trabajos artísticos creados con Inteligencia Artificial donde el helado es el protagonista. Propuestas llamativas y vanguardistas que nos hacen ver esta tecnología como un recurso para impulsar la creatividad en el oficio.
Háblanos un poco de tu trayectoria profesional
Soy un creativo publicitario poco frecuente. Si bien me formé como diseñador gráfico, siempre me gustó mucho escribir. Por tanto, cuando entré en publicidad era capaz de afrontar tanto la parte visual como la parte conceptual de la campaña.
Desde hace más de 20 años trabajo pensando ideas que combinan creatividad y tecnología. También en este aspecto he sido bastante atípico y siempre me ha interesado mucho la innovación.
Formé parte del equipo fundador de una de las primeras agencias digitales del grupo BBDO en España; colaboré durante 7 años en Doubleyou, la única agencia creativa digital nacional en ganar un Grand Prix en Cannes, y si hablamos del momento actual, creo que también he sido uno de los primeros creativos que ha abrazado el uso de la IA como una herramienta al servicio de las ideas y la creatividad. En este momento compagino mi tarea como Director Académico y Docente en la Barcelona School of Creativity con mi trabajo como Director Creativo y Creador con IA como freelance.
Gracias a la IA, me atrevo con propuestas experimentales o personales que no obedecen a un briefing de un cliente
¿Por qué has decidido especializarte en Inteligencia Artificial?
Se puede decir que fue un hallazgo. En verano del año 2022 estaba atravesando un periodo de cierto hartazgo en los proyectos en los que trabajaba. Esto sucede a veces en nuestra profesión, los mismos clientes, las mismas expectativas…
Siempre he sido muy inquieto y me ha llamado poderosamente la atención lo que sucede al combinar creatividad y tecnología. Y en ese momento descubrí la IA generativa. Fue un soplo de aire fresco, un descubrimiento mágico, que me reconcilió con mi trabajo y me permitió recuperar la ilusión. De nuevo era capaz de darle salida a mis ideas de forma muy sorprendente. Lo demás ya vino solo. Dicen que la práctica hace al maestro, y después de estos más de dos años de usar esta herramienta acabo de superar las 40.000 imágenes creadas con IA.
¿Qué ha aportado la IA a tu trabajo como creativo publicitario?
Por primera vez en mi vida, y de eso tiene mucha culpa la IA generativa, estoy asumiendo creaciones más “conceptuales” o “artísticas”, gracias a las posibilidades que me ofrece esta herramienta.
Debido a mi profesión de creativo publicitario, siempre he trabajado en proyectos a partir de un encargo y para solucionar un problema de comunicación. En este momento sigo desarrollando ese trabajo (vitaminado por la IA), pero me atrevo con propuestas experimentales o personales que no obedecen a un briefing de un cliente, sino a inquietudes propias o simplemente al placer de experimentar nuevas formas de darle recorrido a mis ideas. Es el caso de mis creaciones con helados.
En tu portfolio presentas tres trabajos en los que combinas heladería e IA: Insectos, Modernismo y Surrealismo. ¿Cómo surgió la idea?
Son tres ejercicios creativos propios, no son encargos. Cuando pienso en ideas e innovación, me gusta usar la yuxtaposición, es decir, poner en relación cosas que no tienen nada que ver, y a ver qué ocurre.
Me apasiona la historia del arte. Y el germen de la idea surge cuando me planteo como podríamos acercar esa disciplina a los niños. A ellos todo lo que lleva la palabra “historia” delante, le suena a rollo aburrido de la escuela. Por tanto, pensé: ¿Habría alguna forma de convertir los movimientos artísticos en un producto muy deseado por los niños? Y ahí nació la idea de los helados.
Además, siempre me ha parecido, y digo esto con todo el respeto, que los nombres o motivos de los helados históricamente han sido un poco simplones: cohete, pie, pirulo, etc. Ya entiendo que tiene sentido porque los niños entienden mejor las cosas simples, pero quería darle una vuelta a eso.
La idea de estos proyectos artísticos con helados surgió al pensar: ¿Habría alguna forma de convertir los movimientos artísticos en un producto muy deseado por los niños?”
¿Cómo escogiste la temática en estos tres casos? ¿En qué te inspiraste?
Empecé con el Modernismo, centrándome principalmente en la sinuosidad de la arquitectura de Gaudí, Sagrada Familia, Casa Batlló, Casa Milà…
Continué con el Surrealismo, sobre todo, inspirándome en la obra de Dalí. Su imaginario de objetos que se deshacen era bastante coherente con los helados. Además, estamos hablando de dos de los catalanes más universales.
Y más recientemente me ha parecido interesante abordar el mundo de la entomología. Creo que los insectos son muy atractivos para los niños también y sería una forma de darles a conocer los diferentes tipos que existen. En esta última edición, la de los bichitos, tenía un reto añadido, conseguir que no dieran asco, que fueran apetecibles.
¿Tienes en mente hacer más proyectos relacionados con heladería?
Es probable. Me parece, junto a la pastelería, un mundo mágico. Nos conectan con el placer gustativo, con la ilusión, con la infancia. En fin, creo que a nivel creativo tiene mucho recorrido. Aunque para ser honesto, ahora mismo no tengo ninguna idea encima de la mesa en la que esté trabajando. Se admiten sugerencias…
Después de crear estas piezas y de hablar con muchos profesionales del sector heladero, pienso que lo que yo he hecho es muy difícil de llevar al mercado. Por lo menos de una forma industrial, otra cosa sería una fabricación artesana, uno a uno
¿Para el sector heladero qué ventajas o posibilidades crees que tiene la IA? No sólo a nivel visual, sino también en la combinación de sabores, texturas…
Mi sensación después de crear estas piezas y de hablar con muchos profesionales del sector, que me han contactado a raíz de ello, es que lo que yo he hecho es muy difícil de llevar al mercado. Por lo menos de una forma industrial, otra cosa sería una fabricación artesana, uno a uno.
Pero es indudable que las posibilidades que tiene la IA para visualizar opciones son ilimitadas. Creo que esta tecnología puede ser de gran ayuda en muchos ámbitos y con el asesoramiento pertinente de profesionales, seguro que puede ser muy útil.
¿Crees que en un futuro la IA podría convertirse en una herramienta de trabajo habitual para el heladero y otros profesionales de la gastronomía?
Seguramente. A mí me gusta pensar de forma acumulativa. Quiero decir, que lo mejor es que cada vez tengamos más opciones y que cada uno pueda escoger la combinación que mejor le funcione. Por tanto, apuesto por combinar tradición e innovación.
En la cocina de estrella Michelin, por ejemplo, se combinan las técnicas más innovadoras con la materia primera más auténtica y tradicional. Los chefs buscan los alimentos cultivados de forma más genuina y luego los cocinan con los procesos más creativos.
Creo que cualquier tecnología disruptiva debería servir para sublimar procesos o para plantear alternativas a lo que ya conocemos, y entiendo que para el sector heladero esto también se aplica.
Otro ejemplo, que ilustra perfectamente esto que digo, aunque no es de cocina, es la convivencia natural del ebook y el libro de papel. Muchos vaticinaron el fin del papel cuando apareció el libro digital. Hoy en día se venden en España más libros que nunca. Por tanto, creo que si la IA puede ayudar a trabajar mejor, a ser más eficientes y más creativos, no me cabe duda de que el sector la acogerá sin problemas.
Creo que cualquier tecnología disruptiva debería servir para sublimar procesos o para plantear alternativas a lo que ya conocemos, y entiendo que para la industria heladera esto también se aplica