Tras la reciente apertura de Formaessenza, donde el helado se declina en nuevas formas y geometrías, el prestigioso chef presenta ahora Stefano Ferrara Gelateria, un laboratorio-punto de venta en Roma que vuelve a los tradicionales cucuruchos y copas.
En este establecimiento, Ferrara no utiliza colorantes, emulsionantes, estabilizantes o conservantes artificiales. Siguiendo la estacionalidad, sólo emplea materias primas naturales procedentes de proveedores cuidadosamente seleccionados. Además, pensando en la salud y el bienestar, usa un porcentaje máximo del 14% de un solo tipo de azúcar.
La producción sigue aquí los procesos clásicos con maquinaria tradicional, pero aprovecha la experiencia adquirida en el nuevo formato Formaessenza para la elaboración de recetas, el control de los estándares de calidad y la sostenibilidad del proceso. “Siempre he tenido claro que la máxima expresión de mi investigación residía en la posibilidad de expresarme en dos formatos distintos, uno con un uso más avanzado de la tecnología y otro en el que pudiera desarrollar un producto de nivel cada vez más alto mediante procesos y maquinaria que ya se utilizan de forma rutinaria", explica.
La carta consta de 24 sabores de helado que se servirán principalmente en cucuruchos y copas y que van desde clásicos como pistacho, nata y stracciatella, hasta frutales estrictamente de temporada. La oferta se completará con una selección de tarros y formas -los esenciales- de las seis líneas de Formaessenza (Kelato, Must Have, Quintaessenza, Spiritoso, Lovers, Gelaveg), así como tartas y pasteles semicongelados.
El diseño del local de 130 metros cuadrados, a cargo del estudio de arquitectura FraMe, combina un estilo industrial con colores tierra, siguiendo la misma línea que en Formaessenza.