Una creación que de forma aparentemente sencilla logra sorprender al comensal. El plato entronca con un recuerdo de la infancia, cuando Rasmus visitó la playa y se sorprendió con la sencillez de las navajas.

 

Tártar de navaja

  • 100 g   navaja limpia y cortada en dados
  • 50 g     crema de leche
  • cs    perejil picado
  • cs    ralladura de limón
  • cs    sal

Mezclar la navaja y la crema de leche. Sazonar con la ralladura de limón, el perejil y la sal.

Concha de la navaja

  • cs    pasta filo
  • cs    tinta de calamar

Cortar  la pasta filo con la forma de la concha de una navaja. Pintarla con tinta de calamar para lograr el efecto visual de una auténtica concha. Reservar en aceite. Colocar las piezas en un tapete de silicona y envolver alrededor un trozo de madera. Hornear a 160ºC durante 15 minutos.