La Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (Anhcea) prevé que la campaña de 2022 será una de las mejores de los últimos años. Hay muchos indicadores para ser optimista, asegura su presidente Marco Miquel. “En Semana Santa hemos visto que la gente tiene ganas de dejar la pandemia atrás porque ha salido, ha consumido y se ha desplazado de vacaciones de forma mayoritaria”. A este factor hay que sumar que este año se espera que aumente el turismo internacional, ahora que no hay restricciones debido al coronavirus.
Y como en toda crisis, la pandemia también ha traído algunas oportunidades de mejora. Miquel afirma que en estos dos últimos años las heladerías han estudiado a fondo sus negocios. “Ya hay muchos puntos de venta que deciden cerrar en horas que hemos comprobado que no son de consumo por parte de los clientes. También se ha analizado si vale la pena tener tantos sabores o habría que reducirlos. Por lo menos, el coronavirus ha servido para que cada uno a nivel individual haga un análisis profundo de sus heladerías, sea más realista y, a partir de ahí, tomar decisiones”. Más allá de la pandemia, hay otros problemas ahora como la falta de ingredientes, la subida de precios o de la luz, “que ha provocado que valoremos si es necesario cambiar la forma de trabajar y variar los hábitos, como por ejemplo las horas de fabricación”.
Respecto a qué tipos de sabores son tendencia, el presidente de la Asociación tiene claro que los tradicionales seguirán siendo los más consumidos, como el chocolate, turrón o mantecado. “Los clientes, más que probar nuevos sabores, quieren ver novedades, quieren ver que estás al día y preguntan por cosas nuevas”.
En cuanto a intolerancias al gluten, se trata de optimizar la producción. “La tendencia es procurar hacer sabores aptos para la mayoría de los clientes y no tener que elaborar dos o tres chocolates, dos o tres fresas...”. Y sobre tendencias como el veganismo, “el usuario pregunta, pero no es algo generalizado, por lo menos en poblaciones pequeñas”.