La cuarta edición del Foro de la Trenza de Almudévar “Pastelería para las nuevas generaciones”, celebrado el pasado 22 de septiembre en Zaragoza, puso énfasis en el saber hacer de los maestros artesanos para mantener la autenticidad de la repostería aragonesa y aportar al consumidor esa innovación que demanda en nuevos sabores y tamaños.
En el evento, organizado por Pastelería Tolosana, Alberto Jiménez Schuhmacher, jefe del Grupo de Oncología Molecular en el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón en ARAID, advirtió que comer mal es muy barato y un riesgo para la salud. Para este investigador el usuario es muy sensible a los precios en la alimentación frente a otros gastos como el ocio o la moda, y “aunque en los últimos años ha aumentado el número de estudios que apuntan a que la producción industrializada afecta a la longevidad de las personas o a la aparición de intolerancias, es posible que, por la falta de educación a la hora de alimentarnos, se siga manteniendo un consumo diario en la mayoría de los hogares”.
Respecto a la educación alimentaria también habló la MasterChef Sofía Janer, que afirmó que el consumidor tiene que “aprender a equilibrar el consumo con una pastelería artesana de calidad, de la misma manera que hemos aprendido de la importancia de comer cinco veces al día, aumentar nuestra ingesta de verduras, o eliminar los productos procesados o industrializados”.
Para Adrià Gil, cofundador de I+Desserts, el gran reto al que se enfrentan los pequeños obradores para los próximos años es volver a poner en valor la autenticidad de sus productos “en un momento donde los grandes fabricantes industriales lanzan nuevos productos al mercado de forma continua, en una carrera que se parece más a una copia de la 'fast fashion' donde se prima lo rápido y lo barato, frente a la sostenibilidad, la salud nutricional y la calidad alimenticia”.
Cerró el foro una mesa redonda conducida por Ángel Moreno, fundador y director de Enjoy Zaragoza y formada por consumidores de distintas generaciones. En ella, los jóvenes aseguraron que anteponen la cercanía, el precio o la facilidad a la hora de comprar un dulce, frente a la autenticidad, sostenibilidad o calidad de sus ingredientes. Asimismo, reconocieron que, aunque la repostería industrial es menos saludable, creen que la tradicional está más enfocada en los consumidores de más de 40 años.
El sábado se celebró una jornada de puertas abiertas en el obrador Tolosana, donde los visitantes pudieron recorrer todos sus rincones y descubrir los secretos de la repostería más tradicional.