Este año, debido al coronavirus, no se podrán encender hogueras en la playa ni bañarse en el mar durante la verbena de San Juan, pero sí disfrutar en la zona del Mediterráneo de la coca de San Juan. Por este motivo, el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia ha puesto en marcha una campaña para dignificar el producto tradicional por excelencia de esta noche mágica. Esta campaña promocional, en marcha en transportes públicos y otros espacios de la ciudad, se ha realizado en colaboración con la Generalitat Valenciana a través de la Consejería de Economía y Sostenibilidad y la Unión Gremial.

Durante los próximos días, los hornos y pastelerías artesanas de la ciudad ofrecerán a sus clientes degustaciones de cocas dulces, pero también saladas con ingredientes como el atún y las brevas. La novedad, explica su presidente Juanjo Rausell, es que se va a sustituir la clásica fruta confitada de colores artificiales y sabor excesivamente azucarado por fruta natural como la naranja o con otro tipo de tratamientos de conservación, pero menos invasivos o de mayor calidad. Lo que se mantendrá como elemento decorativo habitual es la cereza confitada.

Rausell asegura que esta iniciativa es una manera de reivindicar más que nunca la campaña de San Juan como elemento que ayuda a reactivar el consumo en las panaderías valencianas y darle un importante impulso a este verano largo sin otras festividades que inviten a la clientela a visitar nuestros establecimientos.