La anhelada vuelta a la normalidad es ahora como aquella miel que entra en contacto con los labios, así lo entiende el Gremio de Pastelería de Barcelona, que estima una campaña de San Juan muy similar a las de antes de la pandemia. Dos son los elementos claves para estimar que las ventas de cocas de San Juan artesanas pueden alcanzar nuevamente los 1,8 millones de unidades: por un lado la desescalada en cuanto a restricciones y la previsión de poder celebrar la festividad de la verbena en un contexto de recuperación de la normalidad; y por otro lado la mayor conciencia existente por un consumo responsable, a base de ingredientes de calidad y de productos de proximidad.

Así lo ha valorado Elies Miró, presidente del Gremio de Pastelería de Barcelona, en un comunicado público emitido recientemente. El chocolatero de Castelleterçol habla de la “aceleración de un cambio de mentalidad” en el consumidor que le hace valorar con buenos ojos el producto artesano, poco procesado y elaborado con criterios de proximidad y sostenibilidad.

En cuanto al tipo de cocas que más éxito van a tener, se estima que las de crema y piñones y la de hojaldre y llardons están pasando por delante de la clásica de brioche y frutas confitadas. Un podio al que también se suman las cocas de chocolate, cada vez más presentes, y otras cocas de autor más innovadores a base de sabores como los frutos rojos o el mascarpone.

En el comunicado emitido por el Gremio se reivindica las cocas de manufactura artesana por su proceso de elaboración, normalmente a base de largas fermentaciones, por la frescura del producto, recién horneada, y por la apuesta por ingredientes poco procesados, de calidad y de proximidad, como el piñón nacional respecto al piñón de origen chino.