La panadería Manín sigue una trayectoria imparable. Si hace tan solo dos años el joven Alain García compartía con nosotros su filosofía modernizadora con la que había impreso un aire totalmente nuevo a sus establecimientos asturianos, ahora están de enhorabuena con la apertura de una heladería bombonería denominada Le Llamber – Manín Sucre, en su localidad de origen, Cangas del Narcea (Asturias). Para ello se han rodeado de dos grandes profesionales para llevar el obrador: Iván Vázquez y Pelayo Muñiz, que se ocupan indistintamente de la oferta de helados artesanos y del resto de productos. La idea de Le Llamber (saborear algo dulce en astur) es potenciar cada una de sus ofertas en función de la época del año.
Desde su apertura el pasado mes de julio empiezan con la oferta de helados en carapinas, con 10 sabores de autor tales como el Citricum, de calamansí con virutas de chocolate negro 72% y naranja confitada; y Nocinarcea, de avellana asturiana y chocolate. Se trata de un repertorio más bien reducido cuyo afán es que les permita cuidar al máximo cada una de las referencias. Junto a éstos, van a potenciar una línea de mermeladas y jaleas. Como disparo de salida ofrecen dos tipos de mermeladas, a cual más personal: una de naranja confitada de elaboración propia, menta y vainilla y otra a base de tomate local de Cangas, con ralladura y zumo de lima y albahaca.
Otro de los productos estrella del local son os bombones, un surtido de 16 sabores presentados en tonos cromáticos para diferenciarlos y entre los que se encuentran combinaciones como pistacho y frambuesa, lima o aceite de oliva. Obviamente los productos estrella de Manin también tienen su cuota de protagonismo, y muy especialmente el Panettone de la casa, es decir el Manintone, con naranja confitada, avellana y chocolate.