Pastelerías hay de muchos tipos. Familiares, especializadas, de autor, tradicionales. ¿Pero cuántas de ellas tendrían que tener presencia en Internet? La respuesta a esta pregunta nunca es unánime; quizás tendríamos que preguntarnos primero cómo es nuestro cliente. ¿Cómo vive? ¿Cómo funciona? ¿Cómo siente? ¿Qué le hace vibrar?
En sus últimas jornadas anuales, ESCODI ha reflexionado sobre esto, y más concretamente sobre el impacto de las nuevas tecnologías y las redes sociales en el comercio. Y muchas de sus conclusiones se pueden aplicar directamente al sector gastronómico:
- El cliente quiere inmediatez y una tienda omnicanal
- Los jóvenes nacidos en los 90 (también llamados millenials) tienen interiorizado que las tiendas físicas deben tener presencia en Internet y valoran el trato familiar
- Muchas ventas físicas se hacen a partir de visitas online a la página web
- Es importante construir historias emocionales para convencer a los clientes y establecer un vínculo de comunidad
- Los empleados tienen que ser entusiastas expertos y asesores.
ESCODI no deja lugar a la duda: los clientes están sobreestimulados. Lo que nos lleva a pensar que ya no es suficiente con vender una excelente materia prima (que sin duda es esencial y necesario), también hay que vender emociones, historias, confianza, transparencia. Y todo eso es mucho más fácil gestionarlo si se está presente en la Red. Hay empresas familiares que lo saben y ya están apostando por las nuevas tecnologías. Es el caso, entre muchos, de Pastelerías Mallorca, que a través de una APP permite a sus clientes valorar y comentar los servicios recibidos en tiempo real. De esta manera, mata dos pájaros de un tiro. Por un lado, da al cliente una imagen de transparencia. Por otro, puede tener una visión exacta de la opinión del usuario y tomar medidas para mejorar.
Se puede estar o no en Internet, pero parece que estar tiene muchos más beneficios.