La pastelería japonesa fusión Umikobake acaba de abrir sus puertas en Madrid y ya ha presentado un dulce que seguro va a ponerse de moda: umisan, un croissant cilíndrico elaborado con masa hojaldrada hecha con harinas de Aragón. Puede disfrutarse en versión salada o dulce, con originales rellenos que van desde el tiramisú y el té verde, hasta el maíz con palomitas. Su forma circular no solo se ha escogido por la importancia que tiene en Japón, sino también como un guiño al otro gran protagonista de la oferta del establecimiento: el mochi. Aquí este popular pastel japonés hecho a base de mochigome, un grano de arroz glutinoso, se disfruta relleno de una gran variedad de ingredientes, como praliné de avellanas, té verde con yuzu, frambuesa, chocolate, vainilla con caramelo salado, cookie, tarta de queso o carrot cake.

Los impulsores de este proyecto son los chefs Juan Alcaide y Pablo Álvaro que, tras siete años al frente del restaurante japonés fusión Umiko en Madrid, se han unido al pastelero Alejandro García para inaugurar este negocio el que se juega con las masas, combinando la cocina nipona con la pastelería europea y especialmente francesa.

“Con la apertura de Umikobake buscamos continuar con la esencia de Umiko, que siempre ofrece algo rompedor e inesperado, pero esta vez ligado a la infancia y a esos sabores dulces que tanta felicidad nos dan siempre”, explica García. “Nuestro trabajo se basa en la importancia de la calidad y de los sabores, las elaboraciones tradicionales y el valor de la artesanía por encima de todo, como bien me enseñó el gran pastelero Alejandro Montes, que recuperó la idea romántica de la pastelería y la costumbre de los desayunos y meriendas”.