En 1957, Domingo García Picó, de Helados García de Aldaia, inventó un polo de forma cilíndrica bautizado como coyote por la similitud de sus colores (blanco y negro) con el pelaje de dicho animal. Por aquel entonces, la popular “polería” creaba un polo artesano elaborado con dos helados emblemáticos de la zona, el mantecado y el chocolate. Esta especialidad local se extendió rápidamente por toda la provincia alicantina en los años siguientes. Y cuando Masiá Heladeros Artesanos abrió sus puertas en 1963, el padre de Mario Masiá tuvo muy claro que el coyote también formaría parte de la oferta del establecimiento. Un polo que, en la actualidad, continúa trabajando cada año el Campeón de España de Heladería con los moldes de estaño originales de su padre.
En Arte Heladero 211 hacemos un repaso, no solo a la versión original del coyote, sino también a nuevas propuestas de presentación de este producto tradicional que es un emblema de la cultura jijonenca.
El Coyote tradicional
En la zona de Levante uno de los primeros formatos de presentación que surgió como alternativa al helado a granel fue el chambi, un precedente del corte helado. Tras él surgió el coyote, el primer polo de crema. Cada año, Masiá Heladeros Artesanos elabora el coyote con los sabores originales, mantecado y chocolate, pero también admite otras combinaciones de helados. “Es un producto que despierta los recuerdos de la infancia de la clientela y que tiene una amplia aceptación en todas las franjas de edad”, aclara Masiá.
1.- En cubeta
En esta propuesta, Masiá se inspira en la idea del coyote tradicional que parte de dos helados de gran tradición en Levante, el mantecado y el chocolate, y lleva esta combinación al formato más habitual en heladería, la cubeta. Así mezcla el mantecado y el chocolate en una presentación que juega con el efecto del marmoleado. En la extracción del helado, rellena dos tercios de la altura de la cubeta con el helado de mantecado y un tercio con el de chocolate, y los mezcla bien con paleta.
2.- Polo
Versión en la que intenta recrear fielmente el coyote tradicional, utilizando los moldes de estaño originales de su padre.
Se pueden rellenar los moldes con manga o paleta, sin embargo es más aconsejable utilizar la paleta por su maniobrabilidad. Llenar primero con el helado de chocolate, pasar un cuchillo largo para igualar la crema por todo el molde y hacer lo mismo con el otro molde, pero con el helado de mantecado. En uno de los dos moldes insertar los palos, unirlos y congelarlos hasta poder desmoldarlos.
3.- Copa
Para darle un aire más contemporáneo, se pueden utilizar moldes de silicona para moldear los dos helados, mantecado y chocolate, en forma de miniesferas. Para buscar una presentación más elegante, optaremos por una copa tipo Martini como un vaso individual, y decoraremos con unas pequeñas y brillantes perlas de chocolate blanco y negro con corazón de galleta tostada crujiente (Crispearls).
4.- Falso coyote
Es un polo que parte de la idea original pero llevada a una versión más exótica y diferente de montaje. Masiá combina aquí el helado de yogur con tuno indio canario liofilizado, pero también se podría emplear la fruta natural. El tuno tiene un sabor algo ácido, atractivo y persistente en el paladar, y combina bien con otras frutas dulces como pueden ser el mango o el coco. “De ahí que en este coyote la hayamos acompañado de un sorbete de guayaba y frambuesa”, aclara.
Masiá propone también sustituir los tradicionales moldes de acero inoxidable por un montaje realizado con mangas pasteleras de boca ancha.
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