Fotografías: Mònica Vidal 

Desde sus inicios, la heladería barcelonesa Mamá Heladera ha sido única. Y es que según Irene Iborraes la primera neuroheladería del mundo”, especializada en transformar recuerdos en helados. Por si fuera poco, tal como explicamos en Arte Heladero 216, acaba de impulsar una nueva vía de negocio, junto a su mano derecha Irene Vidal, con helados diseñados para bodas y basados en el recuerdo más significativo de las parejas de novios.

Para celebrar su tercer aniversario, la chef celebró el pasado 10 de mayo el tercer aniversario del establecimiento con globos, flores, maquillaje con purpurina para niños a cargo de Giovana Tacca y galletas rellenas de Nutella de Tartas Bastantes Majas que se acompañaban con una bola de helado. “Fue un día muy emotivo porque tenemos mucho vínculo con nuestra clientela, que es muy fiel. Esa tarde no pararon los abrazos, las emociones. Fue un día de fiesta, de cumpleaños, pero sin dejar de atender al público”, nos explica.

Mamá heladera “es una apuesta por un concepto nuevo, por romper con lo tradicional para buscar otras formas de brindar una experiencia con el helado que ayudara a crear momentos felices. Y es posible gracias a los clientes que vienen con sus historias, sus visitas y sus sonrisas”, comenta.