¿Qué te gusta más del chocolate?¿Su textura crujiente? ¿El sonido que hace al morder? En base a estas preguntas, científicos e investigadores de la Universidad de Amsterdam, la Universidad de Delft y Unilever han elaborado la receta del chocolate perfecto: crujiente y en forma de espiral.
El estudio, que se ha publicado en la revista Soft Matter, demuestra que la sensación en la boca de una sustancia comestible se puede diseñar. Es decir, es posible crear metamateriales que no se encuentran en la naturaleza, pero que se construyen cuidadosamente en el laboratorio. El material de construcción que han elegido en este caso no es la madera, el hormigón o el vidrio, sino el chocolate.
El primer paso fue atemperar una masa con 72% de cacao e imprimirla en forma de distintas espirales con la ayuda de una impresora 3D. Posteriormente, el equipo sometió el chocolate a una serie de pruebas para ver cómo se rompía en boca si alguien lo comía, y concluyeron que las piezas que presentaban espirales más complejas se dividían en más trozos. A continuación, dieron a probar el chocolate con distintas formas a un grupo de personas y descubrieron que cuanto más enrevesada era la espiral, más crujía y más gustaba.
Corentin Coulais, físico de la Universidad de Amsterdam que dirigió el proyecto, suele trabajar con metamateriales que cambian de forma con aplicaciones para robótica, prótesis y electrónica. Esta investigación abre la puerta a formas de diseñar alimentos que sean agradables de comer y, en general, a diseñar materiales que optimicen la interacción entre los humanos y la materia.