Chök se ha convertido en uno de los referentes gastronómicos de la Barcelona más abierta al turismo y la innovación. Una de sus impulsoras, Débora Coimbra, comparte con alegría las impresiones de su primer año de actividad, en el que la respuesta de público ha estado a la altura de sus expectativas.

En primer lugar han sido los propios turistas extranjeros los que más interés han mostrado por el diseño e interiorismo de este local emplazado en la calle Carme del Raval barcelonés, pero sobre todo interés y devoción a su amplia gama de rosquillas con chocolates, cronuts, berlinas y combinaciones saladas en las que el chocolate siempre está presente. Y luego los vecinos de alrededor del establecimiento han acabado convertidos a su vez en habituales de sus divertidas propuestas dulces y saladas.

Haciendo balance de las cifras manejadas en este primer año, suman 80.000 clientes, 40.000 chöks (las rosquillas chocolateadas) y 200 referencias diferentes. La primera y principal es el chök, una especie de donut elaborado con menos azúcar, grasa y tiempo de fritura a la búsqueda de un resultado más exquisito. Las variedas más demandadas son los de cobertura de chocolate negro con frutos secos como el pistacho, el crocante de almendra o el coco, pero luego no han faltado  sabores menos convencionales, caso del de chocolate con flor de sal o chip de patata, maracuyá y frambuesa liofilizada o PetaZ.

Su actividad no se ha circunscrito solamente en la venta de exquisiteces con chocolate, sino que también han llegado a organizar una treintena de talleres de cocina y lanzar un libro con su propuesta reivindicativa del chocolate tanto en dulce como en salado: Chocolate Gourmet, reinventando lo dulce y lo salado (ed. Lunwerg). La innovación ha sido uno de las notas dominantes, en Chök, como explica la propia Débora Coimbra “el año pasado no vendíamos ni un churro, le dimos la vuelta a cómo exponerlos y hasta la fecha hemos vendido más de 10.000”; y luego prosigue, “lo mismo ha ocurrido con la venta de las berlinas y la incorporación del cronut, que se ha convertido en el segundo producto más demandado de la familia de bollería”.