El Pozo, Casa Mira, El Riojano, La Mallorquina y La Duquesita suman 780 años de historia y han trabajado juntas por primera vez coincidiendo con San Isidro y gracias a la iniciativa Madridulce, impulsada por la agencia Balboa Comunicación con el objetivo de poner en valor la gastronomía dulce de Madrid. “Madridulce comienza con los centenarios porque creemos que su aportación es imprescindible para hacer ciudad, pero nuestro objetivo es incorporar próximamente a más referentes de la gastronomía actual y unir la tradición y la historia, con las nuevas propuestas, la creatividad y la innovación”, asegura Ana Vázquez, CEO y fundadora.
Las cinco pastelerías han creado cinco ediciones especiales de las tradicionales rosquillas. Tal como explica Vázquez, “todas tienen rosquillas tradicionales, pero cada establecimiento tiene un sabor o un ingrediente muy propio, que han plasmado en estas creaciones”.
Dado el éxito de estas rosquillas, “y que los clientes las siguen pidiendo pasado San Isidro, estarán hasta finales de esta semana seguro y posiblemente todo mayo”, añade.
El Pozo. Rosquillas de violeta
Fundada en 1830, es la pastelería más antigua de la ciudad y conserva la esencia de los inicios, con su mobiliario original, el mostrador de mármol y madera, la singular máquina registradora o la balanza clásica de dos platos. Además, sigue ofreciendo dulces tradicionales que se elaboran cada día en su obrador, como su valorado y reconocido hojaldre o su roscón de Reyes. Para Madridulce, El Pozo ha creado rosquillas de violeta.
Casa Mira. Rosquillas de turrón
Casa Mira alcanza las seis generaciones familiares y se considera la primera tienda de turrones en Madrid de fabricación artesanal e ingredientes tradicionales, entre los que destacan el turrón de almendra y el de Jijona. Su propuesta no podía ser otra: rosquilla con cobertura de turrón de Jijona.
El Riojano. Rosquillas de madroño
Dámaso Maza era pastelero de la reina María Cristina de Borbón cuando en 1855 fundó El Riojano. Sin descendencia, fueron sus maestros pasteleros los que dieron continuidad al obrador. Durante más de 150 años han pasado numerosas personalidades de la sociedad madrileña. Para esta rosquilla exclusiva, El Riojano parte de la versión clásica para elaborar una rosquilla de madroño.
La Mallorquina. Rosquillas de frambuesa
Fundada en 1894, es una pastelería familiar que se asocia directamente a la Puerta del Sol, donde recibe a los madrileños con sus pasteles más tradicionales y con una amplia carta de postres, tartas y chocolates, que ha evolucionado para sumar nuevas referencias dulces. Exclusivamente para Madridulce, La Mallorquina ha elaborado rosquillas de frambuesa.
La Duquesita. Rosquillas de pistacho
Su origen se remonta a 1914 y durante su trayectoria, vinculada a la familia Santamaría, se consolidó como una de las pastelerías emblemáticas de Madrid. En 2015, tras cumplir 100 años, cerraba por primera vez sus puertas y meses después volvía a reabrir de la mano de Oriol Balaguer. En la nueva etapa, la pastelería ha evolucionado su propuesta para ofrecer nuevas referencias de hojaldre, pasteles, chocolates, trufas y bombones, junto a postres que van cambiando según temporada. La Duquesita ha sorprendido en Madridulce con rosquillas con cobertura de praliné de pistacho, pistacho y sal.