La pastelería, la panadería y la chocolatería artesanas hoy, en 2024, se escriben, cada vez más, con nombre de mujer y, sobre todo, con nombre de personas valientes, apasionadas y comprometidas con un oficio al que entregan todo. Son los nombres que hacen renacer su interés y porvenir, los mismos que nos alejan de cualquier nostalgia por el pasado. Carácter emprendedor para no dejarse amilanar por nada ni nadie, aprovechar la fuerza de la juventud, la ilusión de los sueños, la ambición natural de querer alcanzar la mejor versión de uno mismo... Negocios como los de Ave Pastelería en Las Palmas o MonroeBakes en Getafe se han hecho realidad así. Hoy, sí, hoy, deparan la atracción creciente de sus vecinos, no acostumbrados a una oferta diferente, y la admiración de un sector cada vez más amplio de la sociedad y de aquello que se da en llamar “el mundo gastronómico”.
Nosotros lo celebramos en DPAS 508, celebramos también el objetivo de mejorar la imagen que ha llevado a Forn Gil a renovar completamente su packaging y a asaltar el proceloso mundo online con una potente tienda digital. ¿Por qué un negocio de proximidad, aunque sea vendiendo pasteles, cocas y panes no iba a dar esa satisfacción a sus clientes?
No menos valientes y eficaces nos parecen los chicos de Taula Dolça, el colectivo de pasteleros de Osona que alcanza la madurez a base de ponderar dedicación y resultados, sin renunciar a su razón de ser: aumentar el consumo de pastelería en su comarca. Las técnicas de presentación de panes de David Hernández o la entrevista a Saray Ruiz como nueva directora de la EPGB suman miradas, conocimiento y amor por el oficio a estas páginas de la revista. Un número , el que presentamos con esta editorial, con intensos aromas otoñales que no pierde de vista una cada vez más cercana campaña navideña.
Estos son los nombres y esta es la pastelería actual con la que nos identificamos totalmente.