Cualquiera de nosotros podría pensar que heredar un negocio con 80 años de trayectoria y una actividad y clientela bien asentada podría ser pan comido, y más si nos referimos a una panadería y pastelería. Pero si situamos ese negocio en La Palma de Gran Canaria y sus inquietudes pasan por ampliar, diversificar y hacer más directo y presencial el contacto con nuestro cliente, el reto puede empezar a complicarse. Es el desafío que hace cinco años asumió Rubén Medina, recogiendo las llaves de Zulay, el negocio que hasta ese momento dirigían sus abuelos Andrés Santos y Ciela Sánchez. Un reto que redobló su dificultad con la irrupción de la pandemia primero y la erupción del volcán Cumbre Vieja después. Pero lejos de amilanarse, Rubén, su hermano Bryan y el resto del equipo de la panadería y pastelería han salido reforzados de esta experiencia, con todavía más tiendas abiertas que hace dos años –cuatro en La Palma y una en Tenerife. También se sienten abiertamente afortunados por el vínculo humano que han estrechado con su equipo, con su clientela y con el resto del país, en un clima de extraordinaria solidaridad que les ha permitido capear mejor estos tiempos difíciles e incluso impulsar un sorteo de panettones, involucrando a grandes pastelerías de toda España. Así las cosas, en La Palma, la Isla Bonita, los retos del día a día se endulzan gracias a la labor de Zulay, su compromiso con la calidad y su esfuerzo de superación. Esta es su historia, explicada en Dulcypas 489 (ver sumario) y amenizada además con dos productos en exclusiva muy especiales que tienen mucho que ver con su ADN.

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¿Cuáles son los productos de Zulay más demandados?

La Palma es famosa por su repostería en general. Hay empresas que ya tienen marca con productos típicos. Por eso resultó interesante no pisar estos productos ya conocidos y rescatar un brioche de boniato tradicional que hacía nuestro abuelo y poder innovarlo. Es nuestra “rodilha de boniato”, un brioche suave relleno de una crema de boniato amarillo de Fuencaliente que, junto a nuestra línea de panes de masa madre de harinas eco, probablemente sean productos más vendidos.

Interior de Zulay¿Qué equipo tenéis en estos momentos y cómo os organizáis?

En estos 5 años Zulay ha pasado de tener un empleado a 24. Sin ninguna duda hemos crecido en poco tiempo tan rápido gracias al compromiso y responsabilidad de toda nuestra plantilla. Desde el que amasa el pan y elabora los pasteles hasta el que vende el producto de cara al público tienen la misma importancia para nosotros. Nuestros padres siempre nos han apoyado en lo que a priori podrían ser una auténtica locura, como abrir dos locales en mitad de la pandemia. Por otro lado nuestro hermano Aday, el pequeño de los tres, combina sus estudios universitarios con echarnos una mano siempre que hace falta. ¡Quién sabe si en un futuro se anima! Por otro lado, hemos tenido la suerte de recibir formación de grandes profesionales y ahora amigos como Sergi Vela, Xavier Barriga, Josep María Ribé, Massimiliano Liberatore, etc. En cuanto a la organización interna, Bryan que es graduado en psicología se encarga más de la parte del personal, además de panadería, y yo, que tuve la oportunidad de formarme en pastelería en Portugal antes de entrar en Zulay, me ocupo de la línea de pastelería, bollería y las cafeterías.

"Vimos con mucha pena e incertidumbre como nuestros vecinos y muchos de ellos clientes, se quedaban sin sus casas, trabajos, etc."

Barras de pan en Zulay¿Qué ha supuesto para vosotros primero la pandemia y después toda la situación vivida tras la erupción del volcán?

Cuando explotó el volcán no éramos conscientes del desastre tan grande que iba a suponer en nuestra isla. Vimos con mucha pena e incertidumbre como nuestros vecinos y muchos de ellos clientes, se quedaban sin sus casas, trabajos, etc. Desde luego estas circunstancias hacen que valoremos muchas cosas que antes no le prestábamos atención. La pandemia nos hizo echar de menos el contacto cercano con nuestros clientes, tener más empatía con las personas mayores, tomarnos un café con un amigo... Más tarde el volcán nos recordó la entereza y nobleza del pueblo palmero y la solidaridad y cariño de la gente de toda España hacia las personas afectadas.

 

¿Diríais que habéis salido reforzados de todo ello?

Son situaciones que no elegimos, nos ponen a prueba y consigues valorar muchas cosas. Haciendo un balance de todo lo que ha ocurrido en estos últimos años diría que no sólo salimos reforzados, sino afortunados por un lado con la respuesta que ha tenido toda nuestra plantilla en los tiempos duros y por otro lado de la clientela, que confía en nuestro trabajo y agradece que sigamos intentando dar lo mejor siempre.

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