Es probablemente el pastelero más conocido y respetado del mundo. Pierre Hermé es un creador con mayúsculas, capaz de imaginarse una nueva pastelería, la que a él le gustaría comer, y que ésta termine implantándose como dogma, modelo y referencia de creatividad, modernidad y máxima distinción. Para él todo gira en torno al placer. Es el gran objetivo. Utiliza el azúcar como la sal, un condimento para realzar los sabores. Huye de lo superfluo, de lo accesorio, de lo innecesario. El comensal debe concentrarse en los sabores, en las texturas, en la esencia misma que esconde cada creación. Es la filosofía de un chef que ha sido capaz de cambiar la pastelería para siempre.

El gran maestro ha visitado esta semana la Escuela de Pastelería de Barcelona para inaugurar un nuevo aula de formación. Se trata de un espacio diáfano y polivalente de 80 metros cuadrados, perfectamente equipado con medios tanto técnicos como audiovisuales, que dará servicio a las actividades del Museo del Chocolate y complementará las ya de por si modélicas instalaciones de la propia escuela.

Hermé recibido de manos del presidente del gremio barcelonés, Elies Miró, la Medalla de Maestro Pastelero de la EPGB, un galardón que viene a reconocer su labor pedagógica en todo el mundo.

Olivier Fernández, director de la EPGB, aprovechó para obsequiar al chef francés con el nuevo libro de la escuela, el Recetario Base de Pastelería Profesional, editado por Grupo Vilbo. Se trata de una obra que incluye las 230 recetas fundamentales del oficio artesano a través de 16 familias. Es por tanto un recetario completo, 100% fiable y hecho por profesionales para profesionales.

Hermé se mostró muy agradecido por la invitación y quiso remarcar la importancia de una formación de calidad como mejor garantía para el futuro del sector pastelero.