En el primer número del año de la revista DPAS coinciden por distintas razones dos grandes profesionales vinculados al chocolate. Por un lado Josep Maria Ribé, en tanto que presidente y parte activa del renovado MMACE que se celebró en Valencia. En la entrevista que mantenemos con él reflexiona alrededor de la baja participación que registran muchas competiciones de élite en nuestro país. Entre las causas a las que atribuir este fenómeno, nos cita una de muy significativa: la cultura del miedo al fracaso. Es algo que a menudo impide avanzar y que, visto en perspectiva, puede repercutir a todo un sector, como el de la pastelería y la chocolatería artesanas, al tener pocos referentes de nivel en un contexto tan mediático como el de una gran competición nacional o internacional.
Otro de los protagonistas de nuestro primer número del año es Lluc Crusellas, que nos invita a conocer su nueva y flamante chocolatería, Eukarya, que nace con una tienda inspirada en el interior de un bombón y con la voluntad de hacer llegar sus productos a todos los rincones de Europa. Conocemos de cerca la trayectoria del más reciente World Chocolate Master, su ambición no tiene límites, pero a la par siempre se ha dejado acompañar y ayudar por grandes profesionales que, cada uno en su ámbito, le han permitido crecer y llegar mucho más lejos de lo que él hubiera podido hacer por sí solo.
Y ahí reside uno de los problemas del miedo al fracaso, que no se debe sortear a base de negar las amenazas reales de una empresa difícil, como es la de ganar una competición. Al contrario, cuando reconoces los riesgos, la inversión de tiempo y dinero que requiere la preparación, la exposición al público sin garantías de poder dar una buena imagen, etc., puedes llegar a la conclusión de que ese miedo está bien fundado. La ambición necesaria para superar ese miedo no pasa por ignorar los riesgos, sino por buscar la ayuda adecuada a través de personas cualificadas para mejorar las probabilidades de, sino ganar, cuanto menos brillar y aprender mucho a lo largo de dicha experiencia.
Es un consejo que podemos aplicar no solo ante la consideración de participar en un concurso de pastelería, sino a cualquier otra empresa o gran iniciativa que se nos ocurra, llámese montar algo por cuenta propia, empezar de cero en un nuevo trabajo, instalarse en una zona desconocida, etc. El miedo nos puede dominar y bloquear, mientras que ignorar las causas de ese miedo puede multiplicar las probabilidades de fracaso. Reconocer esas causas nos debería empujar a pedir ayuda. Ejemplos de los logros y avances que muchos profesionales consiguen después de una más que oportuna ayuda externa llenan las páginas de nuestra revista cada número, incluido este 502. Por algo será.